miércoles, 2 de febrero de 2011

Su valor va más allá del terreno

No se sabe si los Rays de Tampa Bay, agotados por la agencia libre, serán un mejor conjunto en el 2011 con Johnny Damon y el dominicano Manny Ramírez en sus filas.

Pero sí sabemos que serán más entretenidos.

Y quizás sea justo eso lo que necesitan los Rays, quienes no han podido generar interés en su propio mercado a pesar de haber sido campeones del Este de la Liga Americana dos veces en los últimos tres años.

Como acostumbran, Ramírez y Damon se mostraron animados y alegres en la rueda de prensa que organizó Tampa Bay para anunciar sus contrataciones de manera oficial.

"Juntos otra vez", dijo Ramírez.

Es cierto que Ramírez y Damon están muy lejos de ser los jugadores claves que fueron para los campeones Medias Rojas en el 2004. En aquel entonces, Damon parecía un cavernícola y era un primer bate peligroso; Manny, por su parte, tenía un bate lo suficiente potente para justificar sus payasadas.

Tanto Ramírez, de 38 años, y Damon, de 37, son sólo la sombra de lo que un día fueron. Eso es de esperarse a su edad. Manny en especial lució como candidato para el retiro la temporada pasada.

Pero con contratos de un año y de bajo riesgo, los Rays agregaron experiencia veterana a un equipo joven e igual de importante, dos imanes para atraer a la afición.

Ver a los Rays superar a los Yankees y los Medias Rojas con una escuadra construida a base de talento desarrollado en su propio sistema ha sido una de las historias más inspiradoras en Grandes Ligas y en el deporte profesional en los últimos años.

Pero con excepción de su campaña inaugural en 1998, el equipo no ha logrado atraer dos millones de aficionados al Tropicana Field en una temporada. Esa falta de apoyo contribuyó a precipitar la larga lista de pérdidas que sufrió el equipo en esta temporada baja. Usualmente, los equipos que no logran retener a sus jugadores claves cuando se convierten en agentes libres no se mantienen competitivos.

Pero las personas que esperan que los Rays se desvanezcan quizás no están prestando atención. Aunque el bullpen representa una equivocación tras perder a los dominicanos Rafael Soriano y Joaquín Benoit y a Grant Balfour, Dan Wheeler y Randy Choate, también es el área más impredecible del béisbol, aun para los equipos que conservan a todos sus relevistas.

Aunque, sin duda, el lineup sentirá la pérdida de Carl Crawford (es más doloroso aun que haya firmado con un rival divisional), Damon es un sustituto aceptables hasta que el conjunto considere que el prospecto Desmond Jennings esté listo.

Es simplemente imposible descartar a un equipo que tiene a Evan Longoria en su lineup, a David Price al frente de su rotación y que cuenta con una multitud de brazos jóvenes, en especial los de Jeremy Hellickson, Jeff Niemann, Wade Davis y Chris Archer.

"Creo que se ha exagerado mucho sobre el decaimiento de los Rays", dijo el gerente general de los Medias Rojas, Theo Epstein. "Aun antes (de las contrataciones de Damon y Ramírez), en ningún momento los borramos de nuestro radar. Creo que están en la inusual posición de perder a jugadores buenos y al mismo tiempo mantenerse como uno de los mejores equipos en el béisbol, debido a la fortaleza de sus sistema de ligas menores y a los jugadores que tienen que están listos para dar la cara".

Obviamente, ese comentario es un gesto diplomático de parte de Epstein, cuyos Medias Rojas tienen una ventaja sobre los Rays en el papel. Los Yankees, quienes firmaron a Soriano como preparador de mesa, también tiene esa ventaja. Pero aún antes de las campañas del 2008 y el 2010, Boston y Nueva York tenían ventajas similares. Nunca se sabe.

"Es un grupo joven, por lo tanto es bueno tener a veteranos que no sólo han ido al a Serie Mundial varias veces, sino que también la han ganado", dijo el manager de Tampa Bay, Joe Maddon. "Eso tendrá un impacto increíble en todo el grupo".

Los Rays necesitan ayudan para captar el interés de los aficionados, y tanto Damon como Ramírez pueden ayudar con sus personalidades. No es sorprendente que Damon tiene una cláusula de asistencia en su contrato valorada en US$750,000 (y no es sólo porque el oriundo de Orlando, Florida tiene muchos amigos y familiares).

Los aficionados que vayan al estadio verán a Damon en el jardín central y a Ramírez como bateador designado. Al menos ese es el plan en estos momentos.

"Más te vale estar listo", le dijo Ramírez a su nuevo y ex compañero. "Porque si flojeas (en el jardín izquierdo), aquí estaré".

Pero Damon no acostumbra a flojear. Aunque su velocidad y su poder van en descenso, sigue siendo una presencia duradera y fiable en el orden ofensivo, ya que ha jugado en al menos 141 partidos en cada una de sus 15 temporadas completas en Grandes Ligas.

¿Qué se puede decir de Manny? Su regreso a la Liga Americana en septiembre del 2010 resultó ser un derroche innecesario de $4 millones para los Medias Blancas. Lo único que les trajo esa inversión fue dos extrabases y un par de carreras impulsadas.

Los Rays fueron muchos más responsables al darle $2 millones por una temporada completa. Si Ramírez, quien dice haber rebajado 12 libras, aún le queda algo en el tanque, su contrato sería tremenda ganga.

"He estado trabajando muy duro y quiero demostrarle a la gente que aún puedo jugador", dijo el quisqueyano.

¿Y si no lo logra? No hay problema. Esto no se parece en nada a las vergonzosas contrataciones de Greg Vaugh y el mexicano Vinicio Castillo para que se unieran al cubano José Canseco y a Fred McGriff. Los Rays no están comprometidos por mucho tiempo con estos contratos. No se están hundiendo en un hoyo del cual les tomaría años salirse.

La llegada de Damon y Ramirez no compensarán las pérdidas de los Rays, pero esa no era la única intención de la organización al realizar estas maniobras. El béisbol es un negocio de entretenimiento que depende del interés y la emoción de sus aficionados. Y aunque no sabemos si Tampa Bay es un mejor equipo con Ramírez y con Damon, la experiencia y el entretenimiento que brindan tiene valor.

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